De emocionar estamos departiendo hoy. De conseguir aumentar el aporte empático sobre lo que se anuncia. De conseguir que lo emocional se involucre en intervenga decididamente en la fijación del recuerdo del anuncio. De cómo calar hondo en definitiva.
Y lo hacemos a base de emoción. Porque la emoción trabaja en la formación de recuerdos. Y para ello, lo de siempre, decir lo mismo pero de forma diferente. Los postulados de eso tan vetusto llamado retórica. Y en este caso de la poética encerrada en uno los mayores desastres naturales estamos hablando. La que presume esta instalación de arte en medio de la ciudad. Lo importante no es el efecto que causa en ojos y oídos. Es la huella que deja en nuestro cerebro lo importante de un anuncio o campaña de sensibilización en este caso. Lo importante aquí no es la inundación en sí. Lo importante es la ayuda que necesitan para devolver sus vidas en Sidoarjo.
Jugamos con la mirada del espectador. Construimos un poliedro nuevo de ilusiones. Es el punto de vista inédito con el que conseguimos que algunos mensajes se asomen al fondo de los ojos. Hello Mr President.