Mini ha soprendido con el coche harmónica. El carmonica o el vehículo que tocaba las cientoypico harmónicas que llevaba encima. Instrumentos que se dan una vuelta por diversión en clave de sol, bueno salvo las que se les queda algún insecto dentro que probablemente variarán a Do. Un nuevo punto de vista que no es nuevo. Una marca que sigue igual de diferente para ser únicos. Ponemos la banda sonora al viaje. Sin necesidad de encender más que el acelerador. Una especie de sonido angelical nos saldrá en el trayecto. Una idea para quemar los mapas. O girar a la derecha cuando tenemos que hacerlo a la izquierda. Desenfado. Irreverencia. Diversión supurada por los cuatro costados. Obra de draft.
Y si de diversión hablamos el coche de plastilina abrirá más de una boca de asombro en esta acción de ambient de Chevrolet en Londres. Brum, brum.