Ideas que no puedes tocar
Pero te agarran por dentro. ¿Cómo empieza todo? La buscas. La intentas encontrar. Pero ella insiste en no mostrarse. Te asomas al fondo de sus ojos. No hay respuesta. El folio sigue en blanco. La tensión crece. Nadie lo sabe. Ningún creativo. Pero están ahí. En los descansos de reuniones. En la ducha. Agazapada entre los pliegues de las sábanas. Preparadas para ese lápiz sonámbulo. De las que te hacen engrasar tus engranajes retóricos. De las válidas. De las que hacen girar la cabeza del que la ve por la calle. Acciones que revientan (por no ser tuyas). Que piensas que la podrías haber hecho tú. Ya. Pero ya está. Que te hacen empezar de nuevo, enseguida con algo que sea realmente diferente. Esas son las ideas que no puedes tocar.