Todos partimos de la misma línea de salida. Pero sólo unos pocos tocados cracks ya han llegado a la meta cuando otros estamos saliendo. Son sus inagotables ganas por tejer estrategias con fondo. Perdón con mucho fondo. Campañas que no son campañas. Experiencias de marca. Son sus creatividades de alto voltaje y gran energía con la que se ganan el derecho a no bajarse del podium. Son los alemanes JVM.
Una vez más (ya nos agarraron por dentro en muchas ocasiones) con otra acción que no sabríamos encorsetarla en ninguna categoría festivalera. Pero seguro que podría llevarse muchos premios. La Sala de Conciertos en Dortmunt en este caso fue el objetivo a promocionar. Y lo consiguieron con sus mejores prescriptores las vacas. ¿Vacas? Sí no hemos bebido salvo un buen café con leche de estas vacas. Han sido escogidas porque se dice que las vacas producen mejor leche si escuchan música clásica. Ni cortos ni perezosos se fueron al establo en formación sinfónica a interpretar en directo piezas clásicas para motivar a nuestros protagonistas. La leche fue embotellada, promovida y utilizada como gancho para promocionar la sala. Y fue todo un éxito. Nos ahorraremos ese juego de palabras que estás pensando.