Y el sobre empezó a llorar

El día que los sobres lloren empezaré a sonreír como un niño. A creer que el marketing directo se ha reinventado. En sus posibilidades infinitas.

Pues bien. Hoy es el día. El momento de la idea. De esa cosa nueva que necesariamente ha de romper y no hablamos sólo de romper el sobre. Si no de transmutar costumbres o normas y esta campaña lo ha hecho. Probablemente el que parió la idea no aceptó el mandato de esa prohibición que realmente no existe.

Una feliz idea que te hará sonreir. Sobre todo si eres autónomo. Un sobre con tu factura que llora en el departamento financiero del cliente que no te paga al ser abierto. Blootal.