A veces la locura se sienta a esperar a la lluvia. A que la tormenta de ideas escupa un trueno. O un eructo mental. A veces.
Otras la campaña amanece en la curva de tu espalda y simplemente te das la vuelta para darle otra vuelta y dispararla. O ir disparado a la agencia a soltarlo. Lo que pasaría en el caso de la máquina de pintar sonrisas. Open your mind. Dale un abrazo. Dale una oportunidad. ¿Porque las máquinas de vending tienen sentimientos, no?