Hoy día sólo hay una cosa permanente, el cambio. Y el cambio es la norma fija en el mundo de la comunicación y el marketing. Y de mostrarte ideas que lo cambian todo, va este blog.

La fórmula de la creatividad.

Lo previsible, lo deductivo, las argumentaciones lineales, la coherencia en el desarrollo en publicidad son pasto del zapping. Son tratados por el consumidor con el látigo de la indiferencia. Si aplicamos la fórmula contraria probablemente tendremos más posibilidades de traspasar la frontera de lo convencional y adherirnos a la retina de nuestro target.

Primer paso la incertidumbre. Plantear algo nuevo y desconocido. Interrogantes. Porque lo sabido ya se sabe y es más difícil conseguir tu objetivo. Y si planteamos interrogantes el cerebro trata de entender. Segundo paso. Es así de simple. El receptor empezará con sus hipótesis. Buscar en el saco de su memoria. Y cuando lo descubra habrá aprendido algo y se colará por los sumideros de la memoria. Objetivo cumplido.

Esta semana han podido coincidir tres acciones que aplican esta fórmula y creatividades muy parecidas. Hacen del tremendismo, la provocación, la incertidumbre y los bichos grandes sus armas.



Tremendismo a la americana para explicar el regreso de la atracción de King Kong al parque de atracciones Universal Studio de Hollywood. Coches destrozados, huellas gigantes, sucesos icomprensibles... Bestial guerrilla en una de las playas de Santa Mónica.



Es el turno de las hormigas gigantes. Grandes para atraer la atención pública. A golpe de Beamvertising y 3D ¿os acordáis de la espectacular acción BMW?

Durante un partido de beisbol en el Minute Maid Park en Houston, realizaron la proyección. La compañía de insecticidas atrajo a la gente utilizaron el azúcar de la incertidumbre: mediante una campaña teaser que les invitaba al estadio.



Otro caso de suspense y de hormigas. Para celebrar el quincuagésimo aniversario del teatro Lawei, la pequeña ciudad de Drachten Holanda ha transformado paulatinamente en un hormiguero gigante. Primero treinta hormigas rojas aparecían en las tranquilas calles de la ciudad. Después de cada noche, se descubrían más y más hormigas dispuestas al azar, pero todas apuntando hacia la misma dirección. Los medios locales, desconcertados, comenzaron su investigación. Al final se dieron cuenta de que era realmente una obra de arte firmada por el artista Henk Hofstra, oriundo de la ciudad y protagonista de este blog en otras ocasiones. El artista completó su trabajo en apoteosis con la instalación de más de 450 nuevas hormigas en todo el Teatro Municipal para poner fin al suspenso.

Que tengas un buen día copyloto.