1. Cuando tengas algo que decir dilo, cuando no también. Piensa, crea, escribe, redacta siempre.
2. No escribas nunca para ti. Hazlo para los demás. Los demás siempre hacen justicia y uno se puede engañar.
3. No olvides nunca esto: en redacción no hay nada escrito.
4. Hay titulares de 20 palabras que son cortos y de 5 que son largos. Lo que puedas decir con 100 con cien. Lo que con una, con una. No emplees jamás el término medio, así, jamás escribas nada con cincuenta palabras.
5. Ser redactor creativo no es un arte, es artesanía ya que siempre parte de un encargo. No pienses que estás escribiendo la fórmula contra el cáncer. Humildad.
6. Aprovecha las noches de insomnio para abrir las ventanas y airear tus sueños. Aprovecha esos sueños que duermen en el departamento de objetos perdidos. Despierta.
7. ¿Cuántos fracasos son un éxito? No persigas el éxito. El éxito acaba con muchos de los grandes. Procúrate un buen fracaso de vez en cuando, es el camino hacia el éxito. Y es inevitable.
8. Cree en ti. Cree en tus ideas. Nace frágiles pero se alimentan de tu convicción. Hazlas grandes a base de trabajo, ganas y la gente que te rodea. Y a la vez que crees en ti, duda de ti. Y cuando sientas esas dudas creerás todavía más en ti. Palabra. En las ganas está el talento muchas veces.
9. Haz que el receptor al ver tu idea se sienta más inteligente que tú.
10. Si buscas resultados diferentes y sigues haciendo las mismas cosas no va a funcionar. Es la definición de locura de Einstein: Loco es aquel que siempre hace lo mismo y busca un resultado diferente.
11. Las historias nacen en ti. Asómate al fondo de tus ojos. Busca esa historia que te está esperando a ser contada. No pares hasta dar con ella. Tiene ganas de salir del anonimato. Cuenta historias que sirvan para mejorar este mundo, que provoquen la interactividad con la gente, que te puedas identificar con ellas y que se amplifiquen por el propio peso de la idea.