La angustia en vela por parir una idea. Las horas lentas que nos hacen sudar un briefing. Las tormentas de ideas necesarias para encender esa noche iluminada.
Y zas. Llega. Quizás estaba ahí y simplemente lo que hemos hecho es encender el fuego para verla. Lo último de burn para cocacola quizás sea obvio. Quizás se una asociación directa pero es de esas campañas con la magia del fuego. Una idea que está al alcance de todos que te quemarías por haberla parido. Una buena idea. Historias que conectan con el público y corren chispeantes. Partos que hacen que esa línea recta entre publico y marcas se haga todavía más recta.
En este caso tenemos una lata energética llamada burn y una hercúlea comunidad de jóvenes. La clave del acercamiento de esta campaña integral era conectar con las comunidades pre-exsistentes (skaters, snowboarders, músicos) e involucrarles en la campaña de forma activa, para lanzar los atributos de la marca. En vez de utilizarnos como referentes se les convierte en protagonistas. Dando a luz las ideas. Colaborando con los equipos creativos. Conectando creatividad y energía con activos para generar sus propios productos a través de la dotación de herramientas adecuadas. Para que pensaran en imposibles y poder hacerlos posibles.
Y además de forma creíble, dotando de gran autenticidad y poesía al conjunto. Poniendo en este caso toda la carne en el asador. En el primero de los cortos dirigido por Garth Davis en la Ciudad de México muestra a un grupo de patinadores que dejan rastros de fuego a su paso. De hecho llevan fuego real a sus espaldas durante el rodaje. No es resultado de la postproducción.
No lo intentes en casa, sin que estemos delante.
Aquí tienes el resto de cortos: Snowboarders y músicos. Y algunas impresionantes gráficas.
Copylotonfire.
No lo intentes en casa, sin que estemos delante.
Aquí tienes el resto de cortos: Snowboarders y músicos. Y algunas impresionantes gráficas.
Copylotonfire.