Aseguremonos que somos algo más que una sombra dormida. Asegúrate. Estás ahí, o allí o aquí. Dejemos los zapatos a los pies de un lunes y veamos el reflejo en el agua. Ese reflejo que baila al son de una sombra dormida. Ese reflejo sin nombre que quiere trepar hasta ser hombre. Contigo. Abrazada a tus pies. A veces difuminada, a veces de arena, a veces de cemento. Escondida en la luna. Agazapada en la noche. Se recoge tibia, esperando la luz de un nuevo día.
Si caminas, camina. Si te detienes, se detiene.
Porque quien tiene luz tiene sombra.