Mastico una idea poderosa.
La igualdad salarial entre hombres y mujeres es una realidad. La digo. La escribo.La regurcito. Eructo mental. Inspira. La agarro, la troceo y la vuelvo a masticar. La ilustro. La sazono con picaresca. La coso a los intersticios mentales. La dejo reposar al chup chup.
El éxtasis de la sintaxis. Se respiran en blancos. Se degustan en notas de negros. Están servidas en bandeja de plata. Se encuentra debajo del plato. Simplemente hay que escarbar un poco. Las cojo y las despojo. Las desgajo y las trabajo. Y aquí están.
La mujer ya cobra lo mismo que el hombre. Es una pena que solo sea una idea. Para denunciar que las mujeres cobran un 20 % menos un cajero daba un 20% menos de dinero a los hombre. Sin igual en el #equalpayday para IWMF.