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Llegará un día en el que volveremos a instalar en nuestro cerebro todas esas aplicaciones. Tu memoria se descargará un disco, una película o un concierto. El espejo sacará ese selfie, con esa persona que quieres tanto. Te asomarás al fondo de las cosas sin filtros. Te crecerán los ojos hasta las 5 o 5,5 pulgadas. Serán tus manos las que busquen las respuestas en un libro. Te dibujarán el camino para llegar a tu destino, con un palo y en un trozo de tierra, antes lo llamaban google maps. Darás un like en forma de caricia. Dejarás un comentario colgado de sus labios. Rebobinarás un concierto en tus oídos. Las ideas se detendrán en tu cabeza. Las redes sociales serán redes asociales. Dejaremos de lado el YoMeMiConmigoMedia. No habrá más cafés recién hechos en el servidor. Quitaremos ese miedo a decir esas cosas que son demasiado verdad para ser dichas y que siempre acabamos escribiéndolas en redes. Alguien consolará a las abandonadas consolas. Llegará un día en el que volveremos a tener días.