Sí quiero tu locura. Sí quiero un marketing de contenidos que me mantenga a ti unido. Sí quiero acciones que te conviertan en mi lovebrand. Sí quiero seguir escuchando tu respiración como mi música preferida. La imprimación de ritmo. La velocidad de los cambios en el mundo del marketing. La provocación de una idea. El diálogo constante.
Sí quiero que me seduzcas con ese don de la ironía y la metáfora. Sí quiero la sugestión a través de imágenes y textos. Sí quiero apoyarme en elementos simples para mostrar lo extraordinario. Sí quiero vivir la génesis de la comunicación. Sí quiero transmutar lo ordinario en algo extraordinario. Sí quiero que las ideas publicitarias hagan de este mundo un lugar mejor.
Sí quiero ideas como la de este hombre que se quería casar con una hamburguesa por una buena causa. Llevó su caso hasta el senado colombiano.
No nos cansaremos de repetirlo. Hasta que la muerte del marketing a la antigua usanza nos separe.